Distribuir el coco en diferentes bolsas de plástico, (tantas como colores vamos a hacer), poner unas gotas de colorante o una mezcla de colores,dentro de la bolsa junto con el coco, cerramos y removemos hasta que todo el coco esté impregnado del color.
Poner el coco en un bol durante unas horas hasta que se seque por completo y una vez seco, volver a guardarlo en la bolsa correspondiente hasta su uso.
Ponemos la leche condensada en un bol amplio y vamos añadiendo coco, poco a poco y removiendo con una cuchara hasta que tengamos una masa densa. Una vez lista la masa, la metemos en el frigorífico una hora aprox. o hasta que se endurezca la masa y podamos manipularla con las manos y hacer las bolas; hacemos todas las bolas y solo nos falta rebozarlas en el coco de colores.
Ponemos cada color de coco en un bol o en la misma bolsa y rebozamos las bolas dentro hasta que se impregnen bien del coco coloreado, las vamos poniendo en capsulas para bombón y las guardamos en el frigorífico hasta el momento de consumirlas.
Para que el coco se pegue bastante, lo ideal será hacer una bola y que alguien nos las reboce, porque con el calor de las manos la bola se hace más pegajosa y el coco se pega mejor y si nosotros vamos haciendo a la vez las dos cosas mezclaremos colores, pues se nos quedaran trocitos de diferentes colores pegados en las manos.
Si no queremos hacer las bolas de colores, hay otra posibilidad aún más fácil, y es la de dorar ligeramente en una sartén a fuego medio el coco que utilizaremos para el rebozado, los resultado son también muy bonitos y sobre todo las bolitas están muy ricas, que al final es de lo que se trata.