Ponemos el mascarpone y las natillas en un cuenco y los mezclamos bien con varillas, se puede usar batidora pero cuidado de no batirlo demasiado o quedará muy líquido, y tiene que ser una crema.
Rompemos los bizcochos en daditos y los colocamos en un bol y les bañamos con el zumo de la piña. Troceamos las rodajas de piña en daditos y ya tenemos preparado todo para el montaje.
Repartimos la mitad de los bizcochos entre todas las copas a usar, a continuación hacemos lo mismo con la piña para terminar con la crema de mascarpone y vainilla, y volvemos a realizar la misma serie con lo que nos queda, bizcocho, piña y crema.
Decoramos rallando chocolate blanco y colocando unas lascas de chocolate negro. Y sólo me queda decir... ¡¡qué aproveche!!