El término al ajillo se usa en la cocina mediterránea, concretamente en la cocina española desde hace ya muchos siglos. Los ingredientes son de lo más básico, pues con un puñado de dientes de ajo, sal, pimienta y aceite de oliva se pueden cocinar infinidad de platos diferentes dentro de gastronomía más cañí de la península ibérica. El proceso es sencillo. Primero se sofríen los ajos en aceite de oliva hirviendo hasta que se doren, luego se reservan y hecha en ese mismo aceite del sofrito el alimento básico que vayamos a cocinar aderezado con sal y pimienta (conejo, pollo, gambas, calamares, camarones, emperador, atún e incluso pasta). Una vez dorados los alimentos, se vuelven a echar los ajos junto con un poco de limón y el plato al ajillo ya está terminado, listo para degustar.
El pollo es una de las carnes más consumidas en nuestro país. Un ingrediente barato, al alcance de la mayoría y que podemos cocinar de mil y una manera. Esta versatilidad en la cocina nos encanta. Su carne combina a las mil maravillas con una infinidad de salsas e...