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El lavavajillas es un gran aliado en la cocina, ya que ahorra tiempo y esfuerzo. Sin embargo, no todo es apto para este electrodoméstico. Algunos utensilios, aunque parezcan resistentes, pueden dañarse con el tiempo debido a los ciclos de lavado intensivos. Aquí te presentamos seis objetos que deberías lavar siempre a mano para mantenerlos en buen estado.
Cuchillos de calidad: manejar con cuidado
Los cuchillos de cocina de alta gama suelen estar hechos de acero templado, lo que los hace muy afilados. No obstante, el lavavajillas puede desafilar los cuchillos más rápidamente debido al contacto constante con otros utensilios y a la acción abrasiva de los detergentes. Además, los mangos, especialmente los de madera, pueden deformarse o romperse debido al calor y al vapor.
Utensilios de madera: enemigos del agua caliente
Los utensilios de madera, como cucharas y tablas de cortar, nunca deben ir al lavavajillas. La madera es un material poroso que absorbe agua, y la exposición prolongada a la humedad y al calor puede causar grietas, hinchazón y deformación. Esto no solo los hace menos atractivos, sino que también puede ser un problema de salud, ya que las grietas pueden albergar bacterias.
Objetos de cobre y aluminio: cuidado con la oxidación
Las ollas, sartenes y otros utensilios de cobre o aluminio pueden perder su brillo y volverse opacos al entrar en contacto con los detergentes del lavavajillas. La oxidación es otro problema, especialmente con el aluminio, que puede mancharse y perder su aspecto original. Para mantener su belleza y funcionalidad, es mejor lavarlos a mano.
Cristalería: riesgo de rotura
Los vasos y decantadores de cristal, aunque elegantes, son bastante frágiles. El cristal, que a menudo contiene plomo, es más delicado que el vidrio común. El calor y el agua a presión del lavavajillas pueden agrietarlo o romperlo. Para evitar daños, es mejor lavarlo a mano.
Vajillas decoradas a mano: cuida los detalles
Las vajillas con decoraciones pintadas a mano o acabados delicados pueden deteriorarse en el lavavajillas. Los detergentes fuertes y el calor pueden desvanecer o descascarillar los motivos decorativos, especialmente si la vajilla no está etiquetada como apta para lavavajillas. Para conservar los detalles artísticos, lo mejor es lavarla a mano con cuidado.
Plásticos no resistentes al calor: posibles deformaciones
No todos los plásticos soportan bien el calor. Algunos pueden deformarse, fundirse o liberar sustancias químicas cuando se exponen a altas temperaturas. Los recipientes de comida, por ejemplo, pueden deformarse o agrietarse, lo que puede hacer que las tapas ya no encajen bien. Asegúrate de que los plásticos sean aptos para el lavavajillas antes de meterlos en él.
¡Ten cuidado!
Siguiendo estos consejos, protegerás tus utensilios de cocina y evitarás el gasto innecesario en reemplazos. Aunque lavar a mano puede llevar más tiempo, es esencial para prolongar la vida de ciertos objetos. Así que, la próxima vez que cargues el lavavajillas, ten en cuenta estos consejos para evitar sorpresas desagradables.