¿Alergia a las fresas? Estos son los síntomas más frecuentes y cómo reaccionar a tiempo

Con la primavera llegan también las fresas, brillantes, aromáticas y dispuestas a conquistar cada rincón de la mesa. Las disfrutamos de mil maneras: solas, con azúcar, con un poco de nata o en una macedonia bien fresquita. Pero donde realmente brillan es en los postres: coronando una tartaleta de crema pastelera, dando cuerpo a una charlota ligera o contrastando con el merengue en una buena pavlova.
Pero lo que para muchos es un capricho delicioso, para otras personas puede suponer un problema. Porque sí: las fresas también pueden provocar reacciones alérgicas, más o menos graves. Es una situación que no conviene ignorar, especialmente en niños y en personas con antecedentes alérgicos. Pero, ¿cómo reconocer una alergia a las fresas? ¿Cuáles son los síntomas a los que hay que prestar atención? ¿Y qué hacer en caso de reacción alérgica? En este artículo responderemos a todas estas preguntas para ayudarle a vivir la primavera con gusto... pero también con seguridad.
¿Qué es exactamente la alergia a las fresas?
Se trata de una reacción del sistema inmunitario que confunde ciertas proteínas presentes en la fresa con sustancias dañinas. Esa confusión desencadena una respuesta alérgica. Esta reacción puede provocar síntomas de intensidad variable, desde molestias leves hasta manifestaciones más graves. Aunque no es una alergia frecuente, conviene tomarla en serio, sobre todo en niños, que suelen ser más sensibles a este tipo de alimentos.
Según explica el portal de divulgación científica Microbiologia Italia, las fresas contienen proteínas muy parecidas a las que se encuentran en el polen del abedul. Por este motivo, las personas alérgicas a este tipo de polen pueden desarrollar una reacción cruzada, es decir, una respuesta alérgica al consumo de fresas, aunque nunca lo hayan asociado directamente con un problema.
Síntomas a los que conviene estar atentos
Los síntomas pueden variar mucho de una persona a otra, y suelen aparecer desde pocos minutos hasta un par de horas después de haber comido fresas. Saber identificarlos pronto es clave para actuar correctamente. Estos son los más habituales:
- Picor en la boca, la garganta o los labios
- Ronchas o enrojecimiento de la piel
- Hinchazón en la cara o en los labios
- Congestión nasal, estornudos o dificultad para respirar
- Malestar digestivo como náuseas, dolor abdominal o diarrea
¿Cómo se diagnostica una alergia a las fresas?
Si notas alguno de estos síntomas después de haber comido fresas, lo mejor es acudir al médico o a un especialista en alergias. Solo un profesional puede hacer un diagnóstico fiable y descartar otras causas. Las principales pruebas diagnósticas son:
- Prueba cutánea (prick test): se aplica una pequeña cantidad de extracto de fresa sobre la piel y se pincha levemente. Si aparece enrojecimiento o inflamación, se considera una reacción positiva.
- Análisis de IgE específicas: con un análisis de sangre se busca la presencia de anticuerpos IgE frente a las proteínas de la fresa.
- Prueba de provocación oral: se realiza exclusivamente en un entorno hospitalario, bajo control médico. Consiste en dar al paciente pequeñas cantidades de fresa de forma progresiva para ver si aparece una reacción. Esta prueba es útil en casos dudosos, pero debe realizarse con la máxima precaución.
Fuente: IHealthYou
¿Qué hacer si se confirma la alergia?
La forma más eficaz de evitar problemas si se tiene alergia a las fresas es, sencillamente, mantenerse alejado de ellas. Puede parecer obvio, pero no siempre es fácil. Las fresas, o sus extractos, pueden esconderse en productos que a primera vista no lo parecen. Por eso es tan importante revisar con atención las etiquetas, tanto de alimentos como de cosméticos. No solo pueden aparecer en helados, yogures o mermeladas, también se cuelan en productos de repostería industrial, e incluso en algunos bálsamos labiales, cremas para la cara o perfumes, donde su aroma suele utilizarse como reclamo.
Si se produce una exposición accidental, es importante actuar con rapidez:
- Ante síntomas leves, como picor o congestión, un antihistamínico recetado por el médico puede ayudar a controlar la reacción.
- Si los síntomas son más graves, como hinchazón en la cara o dificultad para respirar, es fundamental usar un autoinyector de adrenalina si el médico lo ha prescrito. Esta herramienta puede frenar una reacción anafiláctica mientras llegan los servicios de urgencia.
Recuerda consultar siempre a un profesional en caso de duda
Consultar a un médico especialista en alergias es crucial. Sólo un profesional puede evaluar la gravedad de la alergia, establecer un plan de emergencia personalizado e indicar si es necesaria la adrenalina. Además, mediante pruebas específicas, podrá aclarar si se trata de una verdadera alergia a las fresas o de una reacción cruzada relacionada con otros alérgenos (como el polen de abedul).
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