Mejora la textura de tus platos con 5 formas sencillas de lograr un acabado crujiente

Aportar contrastes en la textura de los platos es una de las tendencias gastronómicas más destacadas de 2025. Cada vez más chefs y amantes de la cocina están redescubriendo la importancia de combinar diferentes consistencias en un mismo plato, convirtiendo recetas sencillas en auténticas experiencias gastronómicas. Según el informe anual de Whole Foods Market, los comensales se sienten cada vez más atraídos por los elementos crujientes para incluirlos en sus recetas diarias: desde cereales tostados hasta crackers o galletas artesanales, perfectos para dar un toque especial a sopas, ensaladas o platos principales. Esta predilección por el crujiente tiene incluso una explicación científica: la textura crujiente activa sensaciones placenteras en el cerebro, lo que hace que muchos alimentos resulten aún más irresistibles. ¿Quieres saber cómo incorporar este efecto en tus platos de forma sencilla y original? Te dejamos con cinco ideas prácticas y deliciosas para lograrlo.
1. Añadir frutos secos y semillas
Si buscas un extra de contraste sin renunciar a una alimentación equilibrada, los frutos secos y semillas son una opción perfecta. Nueces, almendras, pipas de calabaza o de girasol, no solo aportan ese toque crujiente tan agradable, sino que también son una fuente natural de fibra, proteínas y grasas saludables. Prueba a espolvorearlos sobre ensaladas, yogures o platos de verduras para añadir una textura interesante y potenciar su sabor. Es una forma sencilla de hacer que cualquier receta sea más completa sin añadir complicaciones.
¿Te apetece una receta primaveral saludable con un extra de textura? Prueba nuestra ensalada de espárragos con queso feta y nueces. Ligera, deliciosa y con ese contraste que marca la diferencia.
2. Utilizar pan rallado
El pan rallado es uno de los ingredientes más sencillos y efectivos para aportar un toque crujiente a los platos. Si lo tuestas ligeramente con hierbas aromáticas o especias, el resultado es aún mejor. Úsalo para gratinar verduras, dar un acabado crujiente a la pasta al horno o incluso para potenciar la textura de un risotto. Un simple puñado puede marcar la diferencia y hacer que cada bocado tenga un extra de crujiente. Para un resultado más sabroso y con mejor textura, apuesta por pan rallado casero.
¿Buscas una receta sencilla con pan rallado crujiente? Prueba nuestros calabacines rebozados, una guarnición fácil que gusta a todo el mundo.
3. Chips caseras
Las chips hechas en casa están ganando protagonismo en la cocina creativa y saludable. Más allá de las clásicas de patata, ahora triunfan las de boniato, calabaza o incluso las que se hacen con crepes de trigo sarraceno. Además de ser un aperitivo delicioso, estas chips son una opción estupenda para dar una textura que contraste en a sopas, ensaladas, risottos o platos de verduras. Puedes triturarlas ligeramente y espolvorearlas sobre tus recetas favoritas para conseguir ese efecto crujiente irresistible.
¿Te animas a hacer tus propias chips de boniato en casa sin complicarte? Te contamos el truco más sencillo para prepararlas en el microondas en pocos minutos.
4. Experimenta con verduras crujientes
Hay verduras que, por sí solas, aportan ese punto crujiente que hace que un plato gane en textura. Zanahorias, apio, rábanos o pepinos son perfectos para conseguirlo sin necesidad de técnicas complicadas. Puedes añadirlas crudas a ensaladas para un crujiente inmediato o utilizarlas como guarnición en platos más cremosos, como risottos o sopas. Su contraste con texturas más suaves es un acierto seguro.
¿Te apetece una idea rápida para un aperitivo con un toque crujiente? Prueba nuestra tosta de queso crema, pepino y rábano.
5. Otras guarniciones crujientes que transforman cualquier plato
Si buscas un toque final crujiente que eleve tus platos, apuesta por ingredientes como cebolla frita, tostones de pan, pechuga de pollo empanada cortada en taquitos o gambas rebozadas y fritas. Son opciones perfectas para añadir textura y dar más personalidad a ensaladas, cremas, platos de pasta o incluso bocadillos y bowls proteicos."
Con solo un poco de estos ingredientes, cualquier receta se vuelve más interesante, aportando ese crujiente que marca la diferencia.
¿Te gustaría hacer cebolla crujiente en casa sin freír en aceite? Aprende a prepararla en la freidora de aire para un resultado ligero y delicioso.
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