¿Te ha sobrado pan? ¡No lo tires! Además de poder usarlo en multitud de recetas como el pudín, migas, gazpacho... también podemos aprovecharlo para hacer pan rallado casero. Perfecto para hacer gratinados, albóndigas o para empanar flamenquines o san jacobos, entre otros muchos platos. Una receta de aprovechamiento que nos permite tener 0 desperdicios en la cocina. Para hacerlo sólo sigue nuestro paso a paso.
Cortar el pan en trozos más o menos grandes y hornearlo en un horno precalentado durante 10 o 15 minutos a 180ºC. Lo importante es dejarlo duro y deshidratado (pero no quemado).
Deja que se enfríe. Una vez frío, pon los trozos en el vaso del mixer y tritura gradualmente hasta que quede desmenuzado.
Debe de quedarnos reducido a migas. Si lo deseas más fino, simplemente tritura un poco más.
Si quieres puedes condimentar el pan rallado con hierbas aromáticas secas, ajo en polvo u otros condimentos de tu gusto.