Deshuesamos las ciruelas y las troceamos junto a las pasas y los orejones. Ponemos esta mezcla en un recipiente y la cubrimos con el ron. Dejamos macerar las frutas por lo menos 3 horas, o mejor toda la noche.
Precalentamos el horno a 220ºC. Batimos los huevos y el azúcar con las varillas, hasta que espumen y blanqueen. Incorporamos poco a poco la harina con la sal y mezclamos bien. Añadimos la leche sin dejar de remover.
Añadimos las frutas y el ron y volvemos a remover. Engrasamos un molde de 24 centímetros con la mantequilla y vertemos la masa dentro. Esparcimos por encima unas cuantas nueces de mantequilla y la horneamos 30 minutos.
Se sirve tibia y podemos acompañarla de helado de vainilla o nata. Si utilizamos un molde de cerámica podemos servirla directamente en el molde, sin necesidad de desmoldarla.