Limpiamos bien las espinacas y las ponemos en una sartén con un poco de aceite para rehogarlas. Pasados dos o tres minutos, cuando ya estén tiernas, las reservamos.
En esa misma sartén ponemos la nata con el queso troceado para que se derrita. Cuando estén bien mezclados incorporamos las espinacas troceadas y le añadimos sal y nuez moscada al gusto. Salteamos unos minutos y reservamos.
Precalentamos el horno a 200ºC. Extendemos la lámina de hojaldre y recortamos círculos de tamaño superior a las cazuelitas. Engrasamos bien los moldes y ponemos el hojaldre sobre ellos. Pinchamos toda la superficie con un tenedor y horneamos en blanco durante 10 minutos.
Sacamos los moldes del horno y rellenamos con la crema de espinacas. Hacemos un poco de hueco y cascamos un huevo en cada tarta. Salamos y metemos otra vez al horno hasta que el huevo esté hecho.
Servimos las tartas bien calientes. Podíamos haber hecho una sola tarta, sin molde, con la forma de la lámina de hojaldre, doblando los bordes de la masa, para hacer tope.