Es indispensable saber escoger los limones, y sobretodo que estén todavía biches o verdes, o al principio de la madurez.
Se inicia frotándolos con un pedazo de fique para hacerlos perder el aceite o zumo de la corteza, pero sin estrujarlos. Se les hace una incisión en la punta y se echan en el agua, cambiándola varias veces durante dos (2) días para que pierdan el amargo.
Al tercer día se le saca la pulpa por la misma incisión que se le hizo al principio, se enjuagan y se ponen a cocinar hasta que estén tiernos, pero no demasiado cocidos. Se hace un almíbar con unas rajas de canela y se le echan los limones cuando ya han hervido, dejándolo hasta que el almíbar esté a punto.