La receta de hoy más que una receta en sí misma es una forma de aprovechar esa nata que nos ha sobrado de algún postre y que da lástima tirar, ya que no está la vida como para desechar alimentos…Se trata del helado de nata, ese helado de la infancia, que además es el helado más sencillo de hacer, ya que no precisa de heladera ni ningún aparatejo variado, por lo que rápida y fácilmente seduciremos a los pequeños y no tan pequeños de la casa...
En un bol amplio batimos la nata con el azúcar con ayuda de una batidora de varillas, en primer lugar a baja velocidad y aumentamos la velocidad hasta que esté montada (haga picos). Yo para comprobar que está bien montada doy la vuelta al bol, si no se mueve está bien montada. No nos debemos pasar batiendo ya que se puede cortar, perder la cremosidad y quedaría inutilizable.
Cuando tengamos ya la nata montada, basta con echarla dentro de los moldes para helados que tengamos en casa (podéis comprarlo en unos chinos mismamente, ya depende del diseño que más os guste) y dejar unas horas hasta que se congelen.
Una vez congelados, ya tenemos nuestros deliciosos helados de nata listos para ser devorados!!!