Preparamos la masa quebrada. Es importante que la mantequilla y el agua estén muy frías. Hacemos la masa mezclando con los dedos todos los ingredientes. Sin amasar en exceso, formamos una bola y la introducimos en la nevera durante unos 20 minutos.
Pasado este tiempo, estiramos la masa con un rodillo y cubrimos la base de un molde desmontable. Con los recortes formamos una bola que guardamos nuevamente en la nevera. Cubrimos la base con mermelada de moras.
Volvemos a estirar la bola hecha con los recortes y cortamos unas tiras lo más rectas posible. Yo utilicé una rueda dentada (la que yo tengo, la pobre tiene unos 25 años y se tuerce bastante, jaja)
Empezamos por el centro a colocar las tiras, solapando una sobre la otra para que quede más bonito.
Cortamos los bordes ayudándonos con el rodillo. Barnizamos con huevo batido toda la superficie de la tarta antes de introducirla en el horno precalentado. Cocinar unos 50 minutos a 180º C. Como cada horno es un mundo el tiempo puede variar.
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