Precalentar el horno a 200ºC. Batimos las claras con una pizquita de sal y cuando estén casi montadas añadimos el azúcar glas poco a poco y el cremor tártaro. Separamos 1/4 de las claras montadas y las mezclamos bien con las almendras molidas. A continuación vamos incorporando el resto de las claras poco a poco y con movimientos envolventes.
Para hacer las 5 capas que yo hice forré con papel de hornear 2 bandejas grandes de horno y vertí la mezcla en las dos bandejas, intentado alisar la superficie al máximo y que quedara igual cantidad por toda la superficie. Para el tamaño que hice de tarta me salió más que suficiente cantidad.
También puede hacerse redonda, pero de cada bandeja se recortan 2 círculos, así que no deben ser muy grandes. En ese caso con los recortes de la masa sobrente no creo que podais hacer la quinta capa, así que poner la masa del bizcocho en 3 bandejas en vez de 2 como hizo Francisco en su receta.
Hornear a 180ºC durante 15 minutos. No debe tostarse en exceso ya que al ser un bizcocho muy fino si se pasa de tostado al sacarlo del horno y enfriarse de romperá como si fuese una galleta, pero tampoco debe quedar crudo o quedará pegado al papel y cuesta mucho de separar, eso lo puedo asegurar.
Mezclar las yemas con el azúcar y batir bien con la batidora de varillas hasta que doble el volumen, incorporar poco a poco la harina tamizada mientras seguimos batiendo. Agregamos la leche pasándola por un colador, pero la agregamos poco a poco mientras removemos.
Ahora vertemos esta crema en un cazo grande y lo ponemos a fuego suave sin dejar de remover para evitar que se pegue al fondo. Una vez que notemos que se esta espesando apartamos del fuego y con la batidora de varillas batimos hasta que quede una crema uniforme. Cortamos la mantequilla en trocitos y la añadimos cuando alcance una temperatura de 60ºC o menos. Reservar.