Lavamos la fresas y les quitamos el rabito verde. Las troceamos como más nos apetezca: en cubos, cuartos, rodajas y las ponemos en un bol. Añadimos el azúcar, la pimienta y el chorro de vinagre de módena y mezclamos todo bien. Tapamos y dejamos macerar en la nevera. Al día siguiente las fresas estarán listas para comer. Ponemos un par de galletas de chocolate troceadas toscamente en el fondo del vaso, añadimos yogur griego y por encima ponemos las fresas maceradas. Si tenemos vasos o copas de presentación mas grandes podemos ir repitiendo capas hasta acabar todos los ingredientes. Decoramos con unas hojitas de hierbabuena y a disfrutar.