Durante mucho tiempo se ha dicho que el desayuno es "la comida más importante del día". Sin embargo, esta idea puede no ser tan científicamente sólida como la gente cree...
La creencia de que el desayuno es esencial se remonta principalmente a la década de 1970. Esta época fue testigo del auge de los anuncios, sobre todo los de Kellogg's, que promocionaban los cereales como elemento clave de una dieta sana. El famoso tigre Tony, emblema de Frosties, decía a los niños que un tazón de cereales era necesario para empezar bien el día.
Sin embargo, estos mensajes, que supuestamente estaban respaldados por estudios aparentemente serios, a menudo estaban financiados por los propios fabricantes de cereales, lo que hacía que, obviamente los resultados estuvieran sesgados y/o manipulados. Según fuentes, como el medio de comunicación Vox, estos estudios se basaban más en meras opiniones que en hechos probados que respalden el causa y efecto entre desayunar y mejorar la salud.
Según un resumen de trece estudios publicado por el British Medical Journal, no existen pruebas sólidas que demuestren que desayunar favorezca la pérdida de peso o que no desayunar provoque un aumento de peso. En otras palabras, los efectos del desayuno en el control del peso no han sido confirmados científicamente, contrariamente a lo que muchas campañas publicitarias han hecho creer a la gente durante años.
Más que la importancia del desayuno en sí, lo que realmente cuenta es su composición. Como señala el profesor de la Universidad de Ottawa Yoni Freedhoff, lo que comemos por la mañana puede tener un impacto significativo en nuestra salud. Por desgracia, muchos estudios no distinguen suficientemente los desayunos equilibrados, ricos en proteínas, fibra y grasas saludables, de las opciones procesadas y azucaradas. En Estados Unidos, por ejemplo, el desayuno suele consistir en muffins, tortitas, barritas de cereales y yogures azucarados, opciones muy alejadas de lo que se considera comida sana.
No está demostrado que saltarse el desayuno tenga efectos negativos sobre la salud de la mayoría de las personas. Sin embargo, depende del metabolismo, la actividad física y las necesidades nutricionales de cada persona. Si decides desayunar, lo más importante es elegir alimentos nutritivos y equilibrados, en lugar de recurrir a productos procesados ricos en azúcar.