Este alimento es esencial si tienes más de 50 años

Las sardinas suelen considerarse un alimento sencillo y accesible, pero son excepcionalmente ricas en nutrientes. Gracias a su contenido en calcio, omega-3 y proteínas de calidad, las sardinas son un aliado esencial para una buena salud. Tanto si quieres cuidar tu cuerpo como si simplemente quieres disfrutar de una fuente natural de energía, este regalo del mar será de gran ayuda. Te contamos más :).
Huesos fuertes gracias a las sardinas
Al consumir sardinas, sobre todo en conserva, aportas a tu organismo una cantidad importante de calcio, presente principalmente en sus espinas tiernas y comestibles. Este mineral, indispensable después de la menopausia, contribuye a cubrir alrededor de un tercio de las necesidades diarias. Las sardinas contienen fósforo y vitamina D, un dúo esencial para favorecer la asimilación del calcio y preservar la densidad ósea. Gracias a su trío de nutrientes, las sardinas son un activo natural para mantener unos huesos fuertes y evitar que se vuelvan quebradizos.
Prueba a tomar sardinas con esta receta:
Un regalo para el corazón y el cerebro
Ricas en omega-3 EPA y DHA, las sardinas son uno de los alimentos con mayor concentración de estos ácidos grasos esenciales. Una ración de 100 gr contiene casi 1 gr, es decir, alrededor del 70% de la ingesta diaria recomendada. Estos nutrientes desempeñan un papel clave en la salud cardiovascular, ya que contribuyen a reducir la presión arterial y a limitar el riesgo de enfermedades como la aterosclerosis. Los lípidos de las sardinas también reducen el riesgo de depresión y Alzheimer.
Una fuente inagotable de energía
Las sardinas son una excelente fuente de proteínas. Con unos 25 gr de proteínas por 100 gr de pescado, cubren un tercio de las necesidades diarias, dependiendo del peso y la actividad. Su alto contenido en vitamina B12 contribuye también a la síntesis proteica, favoreciendo el crecimiento y la recuperación muscular.