Primavera rima con polen: ¿qué alimentos pueden ayudarte a estornudar menos?

Con la llegada de la primavera, los brotes florecen, los días se alargan y los mercados se llenan de color. Pero, para algunas personas, también marca el inicio de un periodo complicado: picores en la nariz, estornudos continuos, ojos llorosos... ¿El responsable? El polen, claro está.
Sin llegar a curar las alergias, hay ciertos alimentos que pueden echar una mano: fortalecen nuestras defensas, ayudan a calmar la inflamación y reducen algunos síntomas. Echemos un vistazo a los ingredientes que pueden convertirse en buenos compañeros durante esta época.
¿Qué pasa exactamente con el polen?
La conocida fiebre del heno, o rinitis alérgica estacional, afecta en España a entre el 20% y el 30% de la población, según datos citados por la Organización Mundial de Alergia y el Hospital Quirónsalud Bizkaia en una nota de prensa publicada por Sanofi.
El sistema inmunitario reacciona de forma exagerada, interpretando el polen como una amenaza. En respuesta, libera histamina, una molécula que está detrás de síntomas como inflamación, secreciones nasales o picores.
La buena noticia es que hay alimentos que tienen propiedades antiinflamatorias, antihistamínicas naturales o que simplemente refuerzan nuestras defensas. Una ayuda bienvenida para quienes padecen este tipo de alergias.
Lo que sí conviene tener en la despensa primaveral
1. Alimentos ricos en quercetina
La quercetina es un flavonoide con acción antioxidante y efectos antihistamínicos naturales. Ayuda a estabilizar las células inmunitarias que liberan histamina
Presente en:
- Cebollas morada
- Manzanas (mejor con piel)
- Brócoli
- Uvas roja
- Té verde
El doctor David Rakel, profesor de la Universidad de Wisconsin, indica que la quercetina puede "reducir la intensidad de los síntomas alérgicos gracias a su efecto modulador sobre la histamina".
2. Omega-3, el freno natural a la inflamación
Los ácidos grasos omega-3 actúan como auténticos apagafuegos frente a la inflamación. Ayudan a reducir las prostaglandinas, unas sustancias que favorecen las reacciones alérgicas.
¿Dónde se encuentran?
- Pescado azul (sardinas, caballa, salmón)
- Semillas de lino o chía
- Frutos secos
- Aceite de colza
3. Alimentos fermentados: cuidar el intestino es clave
El intestino tiene un papel fundamental en la inmunidad. Una microbiota equilibrada puede amortiguar las reacciones alérgicas.
Qué incluir:
- Yogur natural con fermentos activos
- Chucrut crudo
- Kéfir
- Kimchi
El profesor Patrice Cani, experto en microbiota, señala que "una flora intestinal bien nutrida es un excelente regulador de la inflamación".
4. Miel local: una ayuda progresiva
La miel contiene pequeñas cantidades de polen. Tomarla con regularidad, sobre todo si es de la zona, puede ayudar al cuerpo a adaptarse poco a poco, como una especie de desensibilización natural.
Recomendaciones:
- Optar por miel de producción local, poco procesada
- Tomarla de forma habitual, fuera de los picos de alergia.
Lo que conviene evitar en los días difíciles
Algunos alimentos pueden aumentar la liberación de histamina o contenerla directamente. En los momentos de mayor sensibilidad, es mejor reducir su consumo:
- Tomates
- Fresas
- Quesos curados
- Embutidos
- Vinos tintos y cervezas
La importancia de una buena hidratación
Beber agua en cantidad suficiente ayuda a diluir las secreciones, mantener bien hidratadas las mucosas y facilitar la eliminación de alérgenos. También pueden venir bien las infusiones, caldos o tés con tomillo o jengibre.
Y en el día a día, ¿qué podemos comer?
Aquí tienes un ejemplo de menú "antialérgico" para la época primaveral:
- Desayuno: yogur natural con semillas de chía, manzana rallada y una cucharadita de miel local.
- Almuerzo: ensalada de quinoa con brócoli al vapor, sardinas, cebolla morada cruda y aliñada con aceite.
- Merienda: té verde y un puñado de frutos secos.
- Cena: crema de verduras de temporada, una rebanada de pan integral y un vaso de kéfir.
En otras palabras, ¿comer mejor para sentirse mejor?
No hay recetas milagrosas, pero sí algo claro: una alimentación cuidada puede ayudar a llevar mejor la temporada de polen. Apostar por alimentos frescos, ricos en antioxidantes, grasas saludables y probióticos, es una forma inteligente de ayudar al cuerpo.
Y de paso, damos la bienvenida a la primavera con más calma, tanto en el plato como en la nariz :)
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