Pelar bien la cebolla y cortarla en una juliana fina. La ponemos en un recipiente, le añadimos el vinagre, la pimienta negra y el azúcar.
Lo mezclamos bien, lo cerramos y lo metemos en la nevera por un espacio mínimo de cinco horas, mezclando bien cada ratito que podamos para que se impregne bien toda la cebolla.
El vinagre hará una especie de "reacción química" en la cebolla y la pondrá de color un color rosa increíble.
En esta foto han pasado un par de horas... espero que podáis ver cómo va cambiando de color poco a poco.
En esta ya han pasado mas de cinco horas. Una vez ha pasado ese tiempo, solo tenéis que guardarlo en tarros esterilizados y a la nevera.