Troceamos el pollo al gusto de cada uno. En este caso yo solo he usado pechugas, así que simplemente las he limpiado bien y las he troceado. Salamos todos los trozos.
Pasamos todos esos trozos de pollo por harina, de manera que queden rebozados, pero que no tengan un exceso de harina. Ponemos un dedo de aceite en una sartén y freímos el pollo, hasta que estén dorados por fuera. Vamos sacando los trozos a una fuente cubierta con papel absorbente y cuando hayamos frito todos los trozos, los reservamos.
Colamos el aceite usado, limpiamos la sartén y volvemos a cubrir con el aceite usado y un poco más. Fileteamos los ajos y los freímos hasta que estén dorados. Incorporamos el pollo frito y rociamos, fuera del fuego con el vino blanco. Lo dejamos hervir a fuego medio durante unos 20 minutos, hasta que el vino se evapore y el pollo absorba el sabor del ajo.
En una sartén aparte freímos las patatas cortadas en cuadraditos. Y en el momento de servir las añadimos al guiso de pollo, espolvoreamos todo con perejil picado y lo mezclamos bien.
Comentarios de los miembros:
Esto no es pollo al ajillo, seguro que esta bueno pero es pollo guisado con ajos y vino
Me encantó esta receta es muy fácil y rápida, por el costo voy a sustituir el vino por cerveza!!
Prepare esta receta, realmente muy buena quede como una experta en la cocina, te felicito es para recomendarla exquista