¿Pechuga de pollo seca? Estas son las cocciones que harán que te quede jugosa y sabrosa ¡siempre!

Tuesday 29 October 2024 11:10
¿Pechuga de pollo seca? Estas son las cocciones que harán que te quede jugosa y sabrosa ¡siempre!

¡Pechuga de pollo! Le encanta a los amantes del deporte, a los que cuidan de su figura, a los que no tienen muchas ganas de cocinar... Es un corte del pollo que no falta en casi ninguna nevera; pero si estas cansado, porque nos ha pasado a la mayoría, de que te quede seca, te contamos algunas cocciones precisas para que al cocinarla nos quede tierna y jugosa. Estos son nuestros trucos para convertir este bocado en una delicia.


1. En sartén, para los que tienen prisa

¿No tienes tiempo para cocinar? Coge una sartén bien caliente, añade un chorrito de aceite de oliva y coloca con cuidado la pechuga de pollo. Necesitarás tres o cuatro minutos por cada lado para conseguir un bonito color dorado y una costra crujiente. Después, reduce un poco el fuego para asegurarte de que está bien hecha por dentro. Y así es como obtenemos: un exterior dorado, un interior suave. Pero ten cuidado de no dejarlo demasiado tiempo. El calor prolongado hará que tus pechugas de pollo queden resecas.


2. En adobo y al horno

Si tienes algo más de tiempo, ¡puedes cocinarlas al horno! Lo que haremos será meter las pechugas de pollo en un adobo (por ejemplo, un poco de limón, aceite de oliva, hierbas de Provenza), lo dejamos macerar y al cabo de unas horas (mejor toda la noche) lo horneamos a 180 °C durante 20-25 minutos y ¡listo! La cocción es perfecta y uniforme. Aprovecha que encientes el horno para hacer el acompañamiento ¿qué te parecen unas patatas asadas o una calabaza al estilo hasselback?


3. Cocción lenta, la técnica secreta

La pechuga de pollo se presta perfectamente a una cocción a fuego lento. Lo mejor es llenar una olla de un buen caldo vegetal (mucho mejor si es casero). Añade, algunos granos de pimienta, alguna hojita de laurel, un tomate... El secreto es cocinarlo a fuego lento, pero sin que llegue a hervir, durante 15-20 minutos; de este modo se cocinará suavemente ¿El resultado? Una textura súper tierna. Perfecta para una e nsalada César o un sándwich gourmet.


4. Vapor, la opción más saludable

¿Alguna vez has cocinado al vapor una pechuga de pollo? Es un método suave que conserva todo el sabor y los nutrientes. Sólo tienes que salpimentar al gusto, colocar en una cesta de vapor sobre agua hirviendo y dejar que la magia suceda. En sólo 15 minutos, conseguirás ¡un pollo jugoso sin grasas añadidas! Ideal para ensaladas


5. Al vacío, para chefs en ciernes

Puede que la cocción sous-vide (cocción al vacío) no sea la opción más rápida, pero te aseguramos que el resultado vale cada minuto de la espera. Imagina un pollo cocinado a una temperatura precisa en una bolsa al vacío: aunque suene sofisticado, esta técnica garantiza un sabor y una textura incomparables. Simplemente cuece el pollo en agua a una temperatura constante de entre 60 y 70 °C durante una o dos horas. Al terminar, solo necesitas un toque de sartén para dorar el exterior y conseguir una capa crujiente irresistible. El resultado es una pechuga de pollo tan jugosa y deliciosa que impresiona hasta a los paladares más exigentes


Algunos consejos:

  • Usa un termómetro de cocina: Para asegurarte de que lo cocinas en su punto, nada mejor que un termómetro o una sonda. La temperatura ideal para un pollo bien cocinado es de 74°C (en el interior), ni más ni menos.
  • Déjalo reposar: Deja reposar el pollo unos minutos después de cocinarlo para que los jugos se repartan uniformemente por toda la carne.
  • Condimenta: Potencia el sabor de tu pechuga de pollo añadiéndole algunas especias. No te limites a la sal y a la pimienta, no dudes en echarle algunas hierbas aromáticas: Laurel, tomillo, romero, perejil, albahaca, etc. También puedes añadir sabores exóticos con otras especias como el comino, el cilantro, el jengibre, el curry o la nuez moscada.


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AdèleAdèle
Responsable editorial que solo espera con ansias el invierno para comer fondue! Apasionada por la gastronomía y siempre en busca de nuevas joyas culinarias, primero estudié derecho antes de volver a mi primer amor: el sabor de los buenos productos y el placer de compartir alrededor de la mesa :)