En una olla con abundante aceite sofreímos el pan, las almendras y los dos dientes de ajo hasta que estén tostados y con cuidado de que no se quemen, por lo que mejor que tengamos el fuego a fuerza media.
Una vez listo, se machaca con un mortero todo, se le incorporan las hebras de azafrán y tres cucharadas de caldo de pescado para que podamos mover mejor la majada.
Apartamos de momento la majada mientras vamos preparando el resto.
Rayamos los tres tomates y se pelan las patatas.
A continuación, en la misma olla y con el aceite que nos ha sobrado pochamos los dos dientes de ajo muy picaditos y cuando empiecen a dorarse incoporarmos el pimentón.
Removemos con los ajos, se echa el tomate rayado y el perejil picado. Se sigue mezclando.
Ahora se deja que el tomate reduzca, mientras que nosotros vamos cortando la patata en cachelos. Por qué en cachelos.
Porque la patata desprende mejor el almidón y absorbe mejor los jugos. Cuando esté el tomate, añadimos la patata para que coja el calor de la cazuela durante unos minutos la patata.
En este momento echamos el caldo de pescado y se deja reducir a fuego moderado fuerte durante 20 - 25 minutos, controlando que no se queme, para lo que se necesitará mover de vez en cuando.
A los 15 minutos añadimos la majada, y finalmente el rape cuando veamos que las patatas ya se han cocido.
El pescado se hace en seguida, no tardará más de cinco minutos, pero claro según el tamaño de los trozos.