Trituramos las galletas hasta hacerlas granillo. Derretimos la mantequilla y las mezclamos. Añadimos aun poquito de leche para ayudar a hacer una pasta. Ponemos esta pasta en el fondo de un molde redondo desmontable, que previamente habremos engrasado. Cubrimos bien el fondo y aplastamos bien la pasta para que quede una base compacta. Reservamos en el frigorífico.
Disolvemos la gelatina de limón en el agua caliente y la dejamos enfriar. Rallamos la piel de los dos limones y hacemos zumo con los mismos y reservamos.
Batimos el queso con la leche condensada y el zumo de limón. Añadimos la gelatina diluida. Montamos la nata y le añadimos la ralladura de limón. Unimos a la mezcla anterior con movimientos envolventes.
Vertemos la mezcla en el molde preparado de manera que quede una superficie lisa y homogénea. Metemos al frigorífico un mínimo de tres horas para que la tarta cuaje bien.
Hacemos el Lemon Curd según la receta y antes de enfriarse lo mezclamos con las hojas de gelatina, que previamente habremos puesto en remojo y escurrido. Cubrimos con esta mezcla toda la tarta, en una capa de ½ cm de espesor. Dejamos en la nevera a ser posible toda la noche. Decoramos con una rodaja de limón en almíbar.
Limón en almíbar : cortamos el limón en rodajas y las ponemos en un cacito, cubiertas de agua. Añadimos 6 cucharadas de azúcar y las dejamos hervir a fuego moderado, hasta que el limón se empiece a poner transparente y el almíbar esté espeso. Las sacamos y las dejamos enfriar sobre un papel de aluminio ó papel de horno.
Esta tarta la preparé para Andy el hijo de unos amigos de mi hermana Ana, que me trajo desde EEUU un encargo en su maleta. A su hermano Lolo, que fué el que lo compró, le hice una fuente de canelones que le encantan y como también era el cumple del padre, a él le toco una tarta de Queso y Chocolate. Y aunque ellos sean americanos y por lo tanto especialistas en este tipo de tartas, les encantaron las dos.