Horneadas como las tradicionales magdalenas, el sabor que le aporta el azúcar con canela y la nuez moscada recuerda al final a una rosquilla; pero sin la pesada fritura de aceite... El caso es que mientras decides el sabor, vas comiendo una detrás de otra y literalmente vuelan! A los peques les encantarán. Probadlas y me contáis ;)
Precalentamos el horno a 220º; engrasamos ligeramente unos moldes de magdalenas o preparamos unos papelillos y reservamos.
En el bowl de nuestra KitchenAid (vuestra amasadora o un bowl normal) mezclamos la mantequilla con el aceite de girasol y los azúcares hasta que esté cremoso.
Añadimos los huevos y batimos hasta incorporarlos.Mezclamos ahora la levadura, el bicarbonato, la sal, la nuez moscada y la vainilla.
Una vez mezclados estos ingredientes incorporamos la harina y la leche alternándolas. Comenzamos con 1/3 de la harina, la mitad de la leche, de nuevo 1/3 de harina, el resto de la leche y lo que quede de harina. Mezclamos bien para que todo esté integrado.
Vertemos la mezcla en los moldes reservados llenando unas 3/4 partes. Cuidado de no llenarlos en exceso porque crecen mucho. Fijaos en el copete tan alto. Horneamos de 15 a 17 minutos o hasta que estén doradas y pinchándolas con un palillo éste salga limpio.
Tan pronto los saquemos del horno los voltearemos en el mismo molde para evitar que el fondo se humedezca. Mientras enfrían un par de minutos, en un bowl pequeño derretiremos las 3 cucharadas de mantequilla y en otro bowl mezclaremos azúcar con canela al gusto para rebozarlas.
Cuando podamos manejarlas mojamos el copete de la magdalena en la mantequilla derretida e inmediatamente rebozamos con la mezcla de azúcar y canela. A disfrutar!
También podéis hacerlas en tamaño mini y rebozarlas enteras... Riquísimas!!
Comentarios de los miembros:
Parece delicioso!