Empezaremos engrasando los moldes donde haremos los pasteles, para ello, añadimos un chorrito de aceite de girasol en los moldes y con la ayuda de una brocha de silicona lo repartimos bien.
Después, espolvoreamos un poco de azúcar sobre una lámina de hojaldre y con un rodillo estiramos un poco el hojaldre, no queremos estirarlo demasiado, solamente lo hacemos para que el azúcar se incruste en el hojaldre.
A continuación, cogemos un cortapastas de unos 10 centímetros de diámetro y vamos cortando círculos. Vamos colocando los círculos de hojaldre en los moldes que habíamos engrasado previamente. Los colocamos con cuidado, los asentamos bien, procurando que los bordes no sobresalgan demasiado. Y con el hojaldre que nos ha sobrado, lo volvemos a estirar y hacemos más círculos, repetiremos la misma operación hasta terminar con todo el hojaldre. Con estas cantidades me ha dado para rellenar 8 moldes.
Ahora, en un cazo añadimos 100 ml de leche, 400 ml de nata líquida con al menos un 35% de materia grasa, añadimos también la piel de medio limón. Hay que cortar la piel sin llegar a la parte blanca del limón porque sino le va a dar un toque amargo que no nos interesa. Y por último, añadimos una ramita de canela. Y a fuego medio dejamos que hierva, y en cuanto empiece a hervir apartamos el cazo del fuego y dejamos que se infusiones durante al menos 20 minutos.
Mientras la leche se va infusionando, en un recipiente amplio añadimos 4 yemas de huevo, el azúcar y la maicena y con unas varillas lo mezclamos todo. Lo mezclaremos hasta conseguir una mezcla cremosa como esta.
Ahora que la leche ya se ha infusionado por al menos 20 minutos, la añadimos a la mezcla de las yemas, usaremos un colador para que no caigan ni la piel de limón ni la canela. Mezclamos bien con unas varillas y ahora añadimos la mezcla de nuevo al cazo, estoy utilizando un colador para evitar que caigan posibles grumos.
Ahora ponemos el cazo a fuego medio y la clave ahora está en no parar de remover hasta que veamos que la mezcla empieza a espesar.
Ahora con la ayuda de una cuchara vamos rellenando el hojaldre, no hay que llenarlos hasta arriba del todo, con llenarlo unas 3/4 partes será suficiente.
Ahora los metemos al horno, que ya debe estar precalentado. Los meteremos unos 15 minutos a 220º centígrados o hasta que veáis que se empiezan a dorar.
Pasado ese tiempo, los sacamos del horno, dejamos que se atemperen y ya estarían listos.