Cortamos la morcilla en rodajas de un centímetro de grosor. El queso lo cortamos en láminas de un centímetro y cada lámina por la mitad.
Ponemos las rodajas de morcilla en una placa de horno y encima de cada una ponemos un trozo de queso. Horneamos a 200º durante 5/7 minutos.
Tiene que fundir el queso y asarse la morcilla.
Los trozos de morcilla calientes los ponemos sobre las rebanadas de pan ó como en este caso sobre unas cazuelitas de cerámica y cubrimos con gelatina de Pedro Ximenez.
Comentarios de los miembros:
Muy rica buena combinacion