Cortamos las cebollas en medias lunas, finitas. Ponemos aceite en una sartén y las salteamos. Añadimos un poco de sal. Dejamos que se pochen hasta que empiecen a ponerse doradas.
Preparamos la masa para pizza según las instrucciones del fabricante y en la cantidad que calculemos que vamos a necesitar. La dejamos reposar en un sitio cálido, bien tapada, durante ½ hora.
Pasado ese tiempo, dividimos la masa haciendo bolas del tamaño que cada uno quiera. Yo calculo, con la cantidad que me cabe en la palma de la mano. Estiramos las bolas con el rodillo, dándoles forma alargada.
Tenemos preparada una salsa de tomate espesa. La calentamos añadiéndole una cucharada de orégano. Si no estuviera muy espesa, la dejamos reducir más tiempo.
Precalentamos el horno a 180º. Untamos cada coca con la salsa de tomate. Colocamos las tiras de bacon en trozos pequeños y ponemos por encima la cebolla frita. Cubrimos con el queso rallado. Introducimos en el horno durante 15/20 minutos, hasta que se doren.