En un bol grande vertemos la leche condensada. A continuación añadimos el café caliente y mezclamos. Cuando la leche y el café estén bien ligados añadimos los licores. Revolvemos y probamos la crema.
Nosotros hemos tenido que corregir añadiendo un poquito más de brandy. Embotellamos y a la nevera. El sabor final y que la bebida sea más o menos fuerte dependerá de vosotros.
Con esta sencilla poción sorprenderéis a vuestros amigos y si añadís un poco de misterio diciendo, nosotros lo hacemos, que es una ancestral poción cuyos secretos ingredientes son transmitidos de padres a hijos de generación en generación por vuestros ancestros desde tiempos inmemoriales, quedaréis como unos auténticos cocinillas.