Ponemos todos los ingredientes juntos dentro de un frasco de cristal hermético y lo mantenemos así durante un mes, procurando agitar el frasco si se puede o nos acordamos todos los días para ayudar a que el azúcar se disuelva en el aguardiente.
Pasado el mes de maceración (si queda azúcar sin disolver se deja más tiempo) se cuela y se embotella.