Está lleva unos nachos diferentes, ya que están hechos con tortitas de maíz y la salsa es como una especie de bechamel, por lo que tiene bastantes diferencias con respecto a la otra.
Lo primero que hacemos es cortar las tortitas de maíz en triángulos y las ponemos a freír en abundante aceite hasta que estén doradas.
Luego nos ponemos manos a la obra para realizar la salsa alfredo, se echa en un cazo la mantequilla y el ajo muy picado, cuando está un poco doradito se le añade la harina y se da un par de vueltas para que se haga.
A continuación, se echa la nata y cuando comienza a hervir se añade el parmesano y se le da unas cuantas vueltas para que se funda un poco y ya está lista nuestra salsa.
El siguiente paso es montar el plato para meterlo al horno, en la base se colocan los nachos y por encima se le añade la salsa alfredo.
A continuación, cortamos en trozos pequeños la mozarella y el bacon, éste lo podemos pasar un poco por la sartén para que nos quede más crujiente, aunque como se mete al horno no hace falta.
Colocamos estos dos ingredientes encima de los anteriores y lo metemos al horno precalentado a 180º durante cinco o diez minutos hasta que veamos que el bacon ha cogido un poco de color y la mozarella se ha derretido y ya está listo para comer nuestro plato.
Eso sí os aconsejo que no lo hagáis muy a menudo ya que es una bomba de calorías, pero un día es un día y sobre todo si vienen amigos a casa es una buena excusa para darnos un homenaje.