Se toman el azúcar que se mezcla con la mantequilla, se trabaja unos momentos y se ponen los huevos batidos y el whisky, a esta pasta bien trabajada se va añadiendo harina mezclada con una cucharada de levadurina y se forma una pasta que no quede pegada a las manos.
Se toman pequeñas porciones de masa y se forman las rosquillas que se fríen en aceite bien caliente, cuando doren se sacan a una fuente y se espolvorean de azúcar. Salieron 52 rosquillas, de tamaño mediano.