Mezclamos en un bol el azúcar con la sal y con el eneldo.
Ponemos en un tupper la mitad de esta mezcla y ponemos encima el bacalao con la piel hacia arriba y cubrimos con el resto de la mezcla.
Reservamos en la nevera 36 horas.
Lo sacamos y lavamos muy bien para quitar todos los restos de la mezcla anterior y lo secamos muy bien con papel de cocina y hacemos filetes muy finos.
Para conservarlos lo ponemos en una tartera y lo cubrimos con aceite.