Es un plato bastante contundente, y al llevar patatas fritas, nata y bechamel es bastante calórico, pero de vez en cuando hay que darse un caprichito, que bien nos lo merecemos!
Empezaremos por desalar el bacalao. El tiempo de remojo dependerá del tamaño y del grosor, es algo que se va aprendiendo con la práctica.
Si no estamos acostumbrados a hacerlo y no queremos arriesgar, podemos comprar el bacalao ya desalado y así nos evitamos rompernos la cabeza con el desalado.
Una vez el bacalao esté desalado, lo ponemos a cocer en un cazo con la leche. Más o menos unos cinco minutos, no hace falta que se pase del todo ya que luego volverá a ir al fuego. Lo retiramos de la leche, y lo limpiamos de piel y espinas, haciendo lascas lo más grandes que podamos. Si preferimos podemos hacer este plato con migas de bacalao, queda también muy bien.
Reservamos la leche, luego la utilizaremos. En una sartén cubrimos el fondo de aceite de oliva, y ponemos cebolla cortada en láminas finas. La pasamos lentamente hasta que se vuelvan transparentes. Cuando esté lista añadimos el bacalao en lascas y removemos para mezclarlo bien con la cebolla.
Mantendremos unos minutos al fuego removiendo frecuentemente la mezcla de bacalao y cebolla, en los que las lascas de bacalao se irán deshaciendo en trozos más pequeños. Añadimos entonces una cucharada de maicena y removemos para que se reparta bien. Le damos unas vueltas, y empezamos a añadir la leche en la que hemos cocido el bacalao lentamente, pasándola por un colador para evitar pequeños trozos de piel o espinas que hayan podido quedar.
Añadimos la nuez moscada, y si queremos podemos ponerle también pimienta. Seguimos removiendo. Probaremos y si es necesario añadiremos una pizca de sal. Añadimos la nata y damos unas vueltas, para que se integre homogéneamente. Como veis, este plato va muy "removido".
En una sartén aparte freiremos a bajo fuego patatas cortadas en dados pequeños, y cuando estén blandas las mezclaremos con el preparado de bacalao. Removemos bien para que se mezcle perfectamente, y lo ponemos en una fuente o cazuela que pueda ir al horno. Espolvoreamos con queso rallado o en polvo y lo llevamos al horno, unos 10 minutos a 180º. Si es necesario, pondremos el grill para que se gratine por la parte superior.
Comentarios de los miembros:
¡¡¡Gracias, gracias!!! Es una receta, paso a paso y es justo lo que me hacía falta.