Primero de todo hay que dejar el conejo en maceración de un día para otro.
Para el macérer, hacemos una picadura de ail, de perejil, de orégano, de tomillo, una guindilla (dulce o punzante), utilizar punzante, un poco de aceite, vino blanco y sal.
Lo colocamos en una cazuela, junto con el conejo partido en trozos y lo metemos en la nevera.De vez en caundo le damos la vuelta al conejo para que se empape por todos lados.
Al día siguiente, se saca el conejo y se pone a escurrir en un colador, Reservamos el caldo.
En una cazuela, ponemos a freir los trozos de conejo, cuando está bastante hecho, echamos encima el caldo de maceración y lo dejamos hacer.
Los últimos 10 minutos echamos una picada de pan frito, el hígado frito del conejo y unas almendras.
En este caso , está acompañado con puré de patatas.