Hoy os traigo una receta típica de la cocina andaluza, más concretamente de Sevilla. Se trato de un plato muy básico, pero muy contundente, a base de huevos, patatas, carne y verduras. Si os gustan todos estos ingredientes no podéis dejar de cocinarlo, porque seguro que os dejará con la boca abierta.
Lo primero que hacemos es pelar la cebolla y picarla finamente. Luego ponemos un poco de aceite en la sartén y la echamos, la tenemos unos diez minutos hasta que coja un color dorado.
Mientras tanto, pelamos el ajo en trozos muy pequeños y se lo añadimos a la sartén. Lo dejamos todo durante cinco minutos más. Luego cortamos el chorizo en rodajas de un centímetro y se lo añadimos también, cuando haya cogido color, retiramos el sofrito de la sartén y le añadimos el pimentón dulce y le damos un par de vueltas (también se puede sustituir por picante). El siguiente ingrediente que añadimos es el vinagre y tras un par de minutos el tomate frito casero.
Mientras se van realizando todos estos procesos en otra sartén echamos abundante aceite y las patatas peladas, saladas y cortadas como si fueran para una tortilla de patata. Una vez que tenemos listas las patatas fritas les retiramos el exceso de aceite, colocándolas encima de un papel absorbente.
En la otra sartén, donde está el sofrito añadimos los guisantes, el jamón serrano y el pimiento cortado en trocitos muy pequeños.
Ahora toca el turno de los huevos, en una sartén con aceite bien caliente se fríen los huevos y se salan. En la receta tradicional, una vez que tenemos montado el plato se meten los huevos al horno y se terminan de cocinar allí, pero a mí personalmente me gustan más fritos. Si los queréis hacer al horno, añadirle un poco más de tomate para que el plato no se os quede muy seco.
Finalmente, montamos el plato, hacemos una cama con las patatas fritas, ponemos encima el sofrito y coronamos con el huevo frito. Un plato muy completo y sabroso que encantará a todos los comensales.