¿Es seguro comer huevo? Descubre cómo evitar los riesgos asociados a su consumo

El huevo es un alimento básico en nuestra dieta diaria. Es económico, versátil, altamente nutritivo y una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico. Gracias a estas cualidades, forma parte fundamental de la alimentación en muchos hogares y es un ingrediente esencial en platos como tortillas, flanes, Shakshukas, huevos a la escocesa o benedictinos. Sin embargo, su consumo y manejo requieren ciertos cuidados, especialmente en lo relacionado con la seguridad alimentaria y el riesgo de infecciones bacterianas, como la salmonelosis. A continuación, te compartimos las claves esenciales para disfrutar de los beneficios del huevo de forma segura y sin comprometer la salud.
PRINCIPALES RIESGOS ASOCIADOS AL CONSUMO DE HUEVO
Salmonelosis: Es una infección causada por la bacteria Salmonella. Al ingerir huevos contaminados, la bacteria puede adherirse a las paredes intestinales y multiplicarse, provocando síntomas como fiebre, diarrea, dolor abdominal y vómitos. Aunque suele ser leve, en personas con sistemas inmunológicos comprometidos (como niños, ancianos o personas con enfermedades preexistentes) puede llegar a ser grave e incluso mortal.
Alergia al huevo: La alergia al huevo es una de las alergias alimentarias más comunes, sobre todo en niños. Esta reacción ocurre cuando el sistema inmunológico identifica erróneamente las proteínas del huevo (especialmente las de la clara) como una amenaza, desencadenando una respuesta inmune. Los síntomas pueden variar desde leves (urticaria, eccema, vómitos) hasta graves (anafilaxia).
Infecciones por otros patógenos: Además de la Salmonella, los huevos pueden estar contaminados con otros patógenos como Campylobacter y Escherichia coli, sobre todo si no se almacenan o manipulan adecuadamente.
PREVENCIÓN Y SEGURIDAD: CLAVES PARA CONSUMIR HUEVOS DE MANERA SEGURA
1. Utilizar huevos pasteurizados
Para preparaciones en las que el huevo no se cocine completamente o se consuma crudo (como en mayonesas, tiramisús o steak tarta r), es muy recomendable usar huevos pasteurizados. La pasteurización consiste en someter el huevo a una temperatura controlada que elimina bacterias como Salmonella sin alterar sus propiedades nutricionales o su sabor. Se pueden encontrar en forma líquida o en polvo, y son especialmente recomendados para embarazadas, niños pequeños, personas mayores y quienes tienen un sistema inmunológico debilitado.
2. No lavar los huevos antes de almacenarlos
Surge frecuentemente la duda de si conviene lavar los huevos antes de guardarlos en el refrigerador. Sin embargo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y otras agencias internacionales no lo recomiendan. Los huevos tienen una cutícula protectora natural que impide la entrada de bacterias a través de su cáscara porosa. Al lavarlos, se elimina esta barrera, facilitando la entrada de microorganismos. Si la cáscara está sucia, es mejor limpiarlos con un paño seco justo antes de usarlos y no antes de almacenarlos.
3. Evitar los cambios bruscos de temperatura
La correcta conservación del huevo es clave para prevenir la proliferación de bacterias. Los huevos deben mantenerse siempre en refrigeración constante, a una temperatura inferior a 7 °C, ya que los cambios bruscos de temperatura pueden causar condensación en la cáscara, lo que facilita la entrada de bacterias. Entonces, ¿por qué en los supermercados europeos están fuera de la nevera? En la Unión Europea, por ejemplo, los huevos no se lavan ni se desinfectan antes de llegar a las tiendas, lo que permite que mantengan su cutícula, una capa natural que los protege de bacterias. Sin embargo, una vez comprados, es recomendable, como ya hemos mencionado, guardar los huevos en la nevera para asegurar su frescura y reducir el riesgo de crecimiento bacteriano.
4. Cocción adecuada
El calor destruye las bacterias patógenas como la Salmonella por tanto el método más sencillo y efectivo para reducir riesgos asociados al consumo de huevo es cocinarlos completamente. Según las recomendaciones de la FDA y la OMS, los huevos deben cocinarse hasta que tanto la clara como la yema estén firmes. Los platos que contengan huevo crudo, como ciertas salsas o postres, deben elaborarse con huevos pasteurizados.
5. Comprobar la frescura y calidad del huevo
Es esencial verificar la frescura del huevo antes de consumirlo. Un método sencillo es colocar el huevo en un vaso de agua: si el huevo flota, es mejor desecharlo, ya que indica que está en mal estado. Además, revisar la fecha de caducidad indicada en el envase es crucial para garantizar su consumo en óptimas condiciones.
6. Evitar la contaminación cruzada
Si alguien en casa es alérgico al huevo, usa utensilios, platos y tablas de cortar separados para preparaciones con y sin huevo. Lava bien los utensilios y superficies después de manipular huevos para evitar cualquier contacto accidental.
7. Cascar el huevo en un recipiente aparte
Cascar el huevo en un bol pequeño permite revisar si está en buen estado antes de añadirlo a la receta principal. Esto reduce la posibilidad de contaminar el resto de los ingredientes si el huevo está en mal estado.
8. Consumir preparaciones con huevo crudo rápidamente
En preparaciones con huevo crudo o semicrudo (como mayonesas o tiramisús caseros), usa huevos pasteurizados y consume el producto en el mismo día o al día siguiente. Evita dejarlos a temperatura ambiente y refrigéralos lo antes posible.
9. Evitar la exposición prolongada al calor
No dejes los platos con huevo cocido a temperatura ambiente por más de dos horas, especialmente en climas cálidos, para prevenir el crecimiento de bacterias.
10. Desinfectar superficies y manos
Lávate bien las manos después de manipular huevos crudos para evitar la propagación de bacterias. Limpia y desinfecta las superficies y utensilios usados para reducir riesgos de contaminación en otros alimentos.
11. Descartar huevos con cáscaras rotas o sucias
Los huevos con cáscaras rotas o manchas visibles pueden facilitar la entrada de bacterias. Asegúrate de revisar su integridad antes de comprarlos y utilizarlos.
* Introducción del huevo como nuevo alimento en niños
El huevo es uno de los 9 alérgenos mayores. Por eso, al iniciar la alimentación complementaria, la introducción de este alimento debe realizarse con suma precaución. Asegúrate de realizar una Introducción gradual y controlada, siempre bajo supervisión y evitando servir el huevo crudo o semicrudo. Siempre consulta con el pediatra antes de introducirlo.
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