Poner las hojas de laurel como una especie de lecho en el recipiente que vayamos a introducir en el horno.
Salpimentar el cochinillo y colocarlo encima del laurel.
Poner un vaso de agua y más o menos de vino blanco en el fondo de la bandeja para que tenga humedad e introducir en el horno, previamente precalentado, a 210°.
Si el agua se fuera consumiendo, añadiríamos más.
Cuando empieza a dorar por un lado le damos la vuelta para que lo haga por el otro.
Una vez un poco dorado por ambos lados, cortamos las patatas y las disponemos alrededor y untamos con manteca un lado del cochinillo.
Metemos en el horno a seguir dorando.
Cuando ya esté a nuestro gusto, lo sacamos, damos la vuelta y untamos con manteca también el otro lado, volviéndolo a poner a dorar.