Para empezar, con un cuchillo hacemos una cruz a los tomates en la parte plana. Después los escaldamos durante tres minutos en agua hirviendo.
Picamos la cebolla y media zanahoria en trozos pequeñitos y los pochamos. También troceamos los tomates pelados y los agregamos al sofrito.
Sazonamos, dejamos cocinar durante, aproximadamente, veinte minutos y removemos de vez en cuando.
Podemos añadir una cucharadita de azúcar. Rosa no se la ha añadido, ya que la zanahoria, al ser dulce, disminuye el ácido del tomate.
A continuación, trituramos todo con el pasapuré y lo mezclamos con el Bonito del Norte. Rosa nos recomienda que no esté demasiado desmigado para que notemos los trozos cuando los comamos.
Lavamos y cortamos las berenjenas en rodajas. Mientras las cortamos en rodajas las sazonamos y las colocamos en un recipiente de pie.
Cuando hayamos terminado, tapamos el recipiente con papel film durante veinte minutos para que sude. Seguidamente, lo secamos con un papel absorbente.
Vamos introduciendo las rodajas en una sartén (sin amontonarlas) con un gota de aceite para dorarlas. Según se vayan dorando, sacamos y escurrimos las rodajas. Utilizamos la mitad de las rodajas para cubrir una fuente de horno.
Abrimos los pimientos del piquillo como un libro y cubrimos las rodajas de las berenjenas con ellos. Sobre los pimientos, vertemos la farsa de bonito con tomate y, seguidamente, la cubrimos con la otra mitad de las rodajas.
A continuación, espolvoreamos el queso rallado parmesano por encima y sobre éste vertemos la salsa bechamel. Rosa añadió una cucharada bien colmada de albahaca al hacer la bechamel; según ella, “le dio un toque excepcional”.
Por último, lo metemos al horno a 200º durante doce o quince minutos con el grill.