Picamos el pollo en trozos pequeños y lo freimos salpimentado en una cazuela con poco aceite. Cuando esté hecho lo reservamos.
Picamos las cebollas, los tomates y los pimientos pequeñito y los ponemos a pochar en una cazuela con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Cuando comiencen a hacerse, añadimos el pollo, las especias, el perejil picadito, el laurel, el azafrán, el azúcar y el vino.
Lo dejamos cocer unos 15 minutos, destapada, para que vaya reduciendo. "Es verdad, ya huele a Marruecos" dice Ana... Luego añadimos las pasas, los piñones y los huevos batidos (nos guardamos un poco de huevo para pintar la superficie) y removemos bien, dejando cocer otros 5 minutos.
Lo retiramos del fuego y dejamos enfríar. Mientras, podemos precalentar el horno a 220º. Cuando esté templado el relleno, estiramos una lámina de hojaldre sobre un papel de horno, colocamos encima el relleno, y cubrimos con la otra lámina.
Doblamos los extremos pellizcándolos, para que no se salga al hornear y decoramos si queremos con un poco más de hojaldre. Pintamos la superficie con el huevo que habíamos reservado y espolvoremos con azúcar glass.
Lo horneamos a 220º durante 20 minutos, con cuidado de que no se queme. Al sacarlo podemos espolvorarlo con algó más de azúcar glass y canela en polvo.