Cuece la raya y le quitas los cartílagos; suelo reservar un platito cuando la cuezo para un guiso o caldeirada. En este caso, como ya está salada, sólo la pimento. Trocea la raya y las gambas, como soy algo perezosa... las pico en la picadora por separado. Salpimenta las gambas y rehógalas un minutito en un poco de aceite ¡Qué huela la cocina a ellas! A continuación añade la raya, luego la harina y un chorro de leche; vete revirando hasta hacer una masa o pasta.
Mientras se va haciendo lo anterior vas preparando la salsa de pimientos: Pica el cebollajo y lo pochas; a continuación corta los pimientos verdes abocándolos por encima, revuelves todo, añades el chorrito del vino y lo dejas cocer unos 15 minutos. Durante la cocción, aprovecha para abrir la lata de los pimientos del piquillo y ponerlos encima de papel absorbente para que no te resbalen; los vas rellenando con la masa que ya tienes preparada, reservas.
Cuando la salsa de pimiento ya está en su punto.... lo pasas por la batidora y si no te gusta encontrar las pieles del pimiento, la puedes pasar por un chino. Con la salsa en una pota, sólo queda poner los pimientos del piquillo encima y calentarlos un poquito si los quieres comer al momento, y si es la comida de mañana... ya te queda preparada.
Parolada: Si no te gusta la salsa de pimiento o no tienes mucho tiempo, con un bote de tomate frito tendrás salsa en un momentito.