Lo primero es picar el pulpo cocido. Lo haremos en tajadas algo más gordas de lo habitual.
En una olla ponemos agua, sal y la hojita de laurel, y cuando empiece a hervir, añadimos las patatas cortadas en trozos medianos.
Dejamos cocer 15 ó 20 minutos aproximadamente, con cuidado de que no se deshagan. El tiempo dependerá del tamaño que tengan.
Lo ideal es pinchar con un tenedor: si éste queda clavado, todavía están crudas; si la patata cae por su propio peso y se escurre del tenedor, están en su punto.
Mientras, en una sartén vamos preparando una ajada: en abundante aceite doramos los ajos enteros, prensados con la mano.
Antes de que tomen demasiado color retiramos del fuego y dejamos templar unos minutos. Añadimos el pimentón y revolvemos. Tenemos que tener cuidado con que no se queme el pimentón, el aceite cogería mal sabor y olor.
Escurrimos las patatas y las colocamos en una fuente o platos. Colocamos encima los trozos de pulpo, espolvoreamos unas arenas de sal gruesa y vertemos la ajada por encima. Servimos inmediatamente.
Comentarios de los miembros:
MUY BUENO