Se puede hacer una versión vegetariana de esta receta sencillamente suprimiendo el jamón y está también deliciosa, pero el salaillo del jamón serrano le da un toquecillo especial que es difícil de resistir.
Pelamos los ajos y los laminamos. Cortamos el puerro en tiras. Troceamos el jamón en taquitos. Sacamos los guisantes de su vaina. (Aunque también se puede hacer con guisantes congelados).
En una sartén del tamaño que queremos hacer la tortilla ponemos un poquito de aceite de oliva y sofreimos los ajos.
Cuando apenas empiecen a dorarse añadimos el puerro y cocinamos un par de minutos más para después añadir los guisantes. Removemos bien y regamos con un chorreón de vino de cocina. Añadimos ahora también el tomillo y la pimienta y una pizca de sal, (no mucha porque el jamón salará luego más el plato).
Damos un par de vueltas e incorporamos el jamón. Tapamos la sartén y dejamos cocinar 3 o 4 minutos, removiendo de vez en cuando.
Aparte en un cuenco batimos los tres huevos junto con la leche asegurándonos que todo queda bien batido. Añadimos una pizca de sal si creemos que es necesario e incorporamos los guisantes con jamón removiendo bien con una cuchara para que todo el guiso quede impregnado de huevo.
En la misma sartén donde hemos cocinado los guisantes añadimos una cucharada de aceite de oliva y lo extendemos bien por toda la superficie de la sartén girándola en círculos. Cuando el aceite comience a calentarse incorporamos la mezcla de huevo y guisantes y cocinamos unos 5 minutos a fuego medio, hasta que veamos que empieza a cuajar la tortilla por abajo.
Este es el momento más delicado pues ¡hay que darle la vuelta a la tortilla! Lo haremos con la ayuda de un plato de diámetro mayor al de la sartén. Colocamos el plato sobre la sartén, y sujetándolo con una mano giramos completamente la sartén hasta que se nos quede todo el guiso en el plato.
Añadimos otra cucharadita de aceite a la sartén si es necesario, para que no se nos pegue la tortilla y volvemos a poner con cuidado el guiso en la sartén para que se cuaje por el otro lado.
Lo dejamos cuajar a fuego medio-bajo durante otros 3 o 4 minutos, asegurándonos de que no se pega la tortilla al fondo de la sartén con pequeñas sacudidas de vez en cuando. Cuando esté cuajada a nuestro gusto, volvemos a hacer uso de nuestro plato para servir la tortilla (¡antes tendremos que haberlo enjuagado un poquitillo!).
Esta tortilla tiene que ir con pan, ¡sí o sí! ¡Qué aproveche!
Yo siempre uso guisantes congelados y no me hace falta cocerlos. Con la misma agua que sueltan se van haciendo mientras los salteas. También es cierto que me gustan las verduras crujientitas. Si las quieres más blandas, quizá mejor cocerlos antes
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