¿Has soñado alguna vez con una tarta con sabor Kinder Bueno? Nuestro placer goloso está apunto de cumplirse con esta receta! Una base crujiente de arroz inflando, una suave crema de queso y trozos de Kinder, hace que la combinación sea tan sorprendente como adictiva. Además, para hacer este postre no tendremos que encender el horno. Magnífico, ¿no os parece?
Fundir el chocolate con leche y mezclarlo con el arroz inflado de chocolate. Forramos el molde con papel sulfurizado en la base y acetato en el contorno (si no tienes acetato, usa tiras del mismo papel sulfurizado). Colocamos la mezcla anterior en la base. Refrigerar 15 minutos en la nevera.
Con unas varillas eléctricas, mezclamos el mascarpone con la nata líquida muy fría + la leche condensada + el extracto de vainilla hasta formar una crema suave.
Trocea los 3 Kinder Bueno.
Verter 1/3 de la crema sobre la base de arroz inflado. Alisar la superficie con una espátula. Añadir la mitad de las barritas Kinder troceadas y repartirlas uniformemente por toda la superficie.
Repite el proceso y termina con una capa de crema. Refrigerar durante 3 horas. Luego, congelamos 45 minutos. Esto hará que se mantenga la textura (ya que nuestro cheesecake no lleva gelatina).
Esparcimos un poco de ralladura de chocolate y decoramos con par de barritas de Kinder Bueno y listo! al ataque!