Trocear los croissants y ponerlos en una fuente de horno pequeña, o con la sufiente medida para los croissants.
En un cazo al fuego bajo, poner el agua y el azúcar. No revolver nunca el caramelo porque entonces cristaliza. Tenemos que coger un bonito color ámbar oscuro.
Añadir suavemente la nata, con cuidado porque puede salpicar. A continuación se agrega la leche, el coñac y los huevos batidos. Se mezcla bien, y queda un líquido que parece café con leche, corto de café:
Echar esta mezcla sobre los croissants:
Esperar a que se empapen bien de la salsa de caramelo, ayudando con una espátula empujando los croissants al fondo del molde.
Meter al horno precalentado a 180º durante 20 minutos, hasta que la salsa de caramelo se cuaje.