La calabaza butternut, facilmente reconocible por su forma de cacahuete o violín y pulpa anaranjada no sólo es deliciosa y versátil en la cocina, sino que también es muy beneficiosa para nuestra salud. Te contamos hasta cinco beneficios sorprendentes de este ingrediente otoñal para nuestra salud que quizá te convenzan para comerla más a menudo.
La calabaza butternut es una excelente fuente de vitaminas A, C y E, así como de potasio y magnesio. La vitamina A, en forma de betacaroteno, contribuye a mantener una visión sana y un sistema inmunitario fuerte. Una ración de butternut aporta alrededor del 245% de la ingesta diaria recomendada de vitamina A, ideal para favorecer la visión, sobre todo en condiciones de poca luz.
Gracias a su alto contenido en fibra, la calabaza es perfecta para favorecer una buena digestión. 250 gramos de calabaza cocida contienen casi 7 gramos de fibra, alrededor del 25% de las necesidades diarias. Esta fibra ayuda a regular el tránsito intestinal, prevenir el estreñimiento y mantener una microbiota intestinal sana.
A pesar de su textura cremosa y sabor dulce, la calabaza butternut es relativamente baja en calorías, con unas 80 calorías por cada 200 gramos. Esto la convierte en un alimento excelente para quienes buscan controlar su peso sin sacrificar la calidad nutricional. Además, es rica en magnesio, potasio y vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo energético.
La calabaza butternut está repleta de antioxidantes como el betacaroteno, que ayudan a combatir el estrés oxidativo, responsable del envejecimiento celular y de muchas enfermedades crónicas. Estos compuestos se han relacionado con un menor riesgo de cardiopatías y ciertos tipos de cáncer. Si añade regularmente calabaza a su dieta, ayudará a proteger su organismo contra estas enfermedades.
La calabaza butternut contiene potasio, un mineral esencial para regular la tensión arterial. Una ración de 250 gramos de calabaza butternut aporta alrededor del 12% de la ingesta diaria recomendada de potasio. Este nutriente ayuda a equilibrar los efectos negativos del sodio en el organismo, lo que puede reducir el riesgo de hipertensión. Además, los antioxidantes presentes en la calabaza también ayudan a prevenir la inflamación, mejorando la salud de los vasos sanguíneos y reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Aquí tienes algunas recetas para que la calabaza forme parte de tu dieta durante todo este otoño e invierno.
Calabaza al horno con garbanzos, romero y feta
Ensalada de otoño: judías, calabaza, coliflor,...
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Macarrones con crema de calabaza butternut
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