La misteriosa fruta verde del roscón de reyes desvelada
Hay grandes certezas en la vida como que el 6 de enero, en todos los hogares españoles, los suelos aparecen llenos de papeles de regalo y que en la mesa del salón (o la cocina) hay un roscón de Reyes esperando a ser devorado. Esto nos une a todos los españoles, pero hay algo que nos separa inevitablemente. Y es que hay dos tipos de personas en el mundo: las que se comen la fruta escarchada del roscón de Reyes con devoción y las que la apartan con un desdén digno de novela dramática. Sin embargo, independientemente del bando en el que milites, una cosa es cierta: esas tiras verdes, rojas y naranjas son el toque visual y gustativo que hace inconfundible este dulce clásico de la Navidad. Pero, ¿te has preguntado qué demonios son esas frutas? Hoy vamos a poner el foco en la más intrigante de todas: la fruta verde. No, no es kiwi ni alguna exótica especie caribeña. Spoiler: pese a su color, no es radioactiva.
El enigma de la fruta verde
Empecemos por lo obvio: esa fruta verde brillante que parece sacada de un laboratorio de química no tiene un equivalente en la naturaleza. Ningún árbol da frutos de ese color intenso. En realidad, lo que estás comiendo no es más que melón bañado en una mezcla de azúcar, agua y colorante. Sí, el humilde melón. El proceso para conseguir esta fruta escarchada consiste en cocinarla en almíbar hasta que absorbe tanto azúcar que podría sobrevivir varios años sin ninguna otra ingesta.
Y si bien el melón verde es el protagonista del misterio cromático, no está solo en esta aventura decorativa. Sus compañeras de desfile también tienen sus trucos: lo naranja suele ser cáscara de naranja (esta vez sin trampa ni cartón), mientras que lo rojo puede ser cereza confitada o incluso sandía, también teñida para alcanzar ese tono llamativo.
La fruta escarchada: amor u odio
Admitámoslo: la fruta escarchada no goza del consenso universal que podría tener el chocolate, el chantilly o la crema pastelera. Para algunos, es una delicia azucarada que aporta un contraste fresco y aromático al roscón. Para otros, es una "infiltrada" que hay que eliminar antes de atacar la verdadera joya: el bizcocho esponjoso. Sin embargo, prescindir de ella sería como quitarle los adornos a un árbol de Navidad. ¡Inadmisible!
¿Se puede hacer en casa? Claro que sí
Aunque la mayoría de las panaderías y supermercados compran la fruta escarchada ya lista para decorar sus roscones, es posible prepararla en casa. Solo necesitas fruta fresca, agua, azúcar y paciencia (mucha paciencia). El proceso puede llevar varios días, pero el resultado merece la pena: un dulce personalizable y libre de colorantes industriales. Eso sí, no te garantizamos que consigas ese verde fosforescente tan característico.
El presente y el futuro del roscón: más allá de la fruta escarchada
En los últimos años, hemos visto la llegada de roscones "minimalistas" decorados sólo con almendras laminadas o espolvoreados con azúcar glas. Otra corriente que opta por apuestas más arriesgadas en búsqueda de la originalidad: nubes, glaseados, praliné, pepitas de chocolate rosa... Aunque son una opción atractiva para quienes detestan la fruta escarchada, los puristas saben que algo esencial se pierde en la transición. La fruta verde, roja y naranja no es solo un adorno: es parte de la experiencia de disfrutar de un roscón el 6 de enero.