Cortamos la cebolla, el puerro, los espárragos y el calabacin en juliana y ponemos a pochar en un sarten con aceite y sal durante 15 minutos.
Cuando este a punto añadimos las espincas congeladas, el bacon cortado en tiras y la pastilla de caldo de verduras junto con el queso grana padano cortado en lascas pequeñas. El queso podéis echar según vuestro gusto. Cuando este a punto retiramos del fuego.
En un bol echamos los huevos y la nata, batimos bien. Añadimos las verduras reservadas y mezclamos. Mientras tanto extendemos la lamina de masa quebrada y colocamos sobre un molde untado en mantequilla dando la forma de dicho molde y cortando la masa que nos sobre. No debemos olvidar con un tenedor de pinchar el fondo del molde. Horneamos durante cinco minutos en el horno precalentado a 200 grados.
Vertemos la mezcla sobre la masa quebrada e e introducimos en el horno a 190 grados durante 50 minutos aproximadamente, cuando quedaban 5 minutos le puse por encima mozarella.
Una vez horneado podemos comer a cualquier temperatura como hemos explicado anteriormente. Lo que sobre no debemos guardarlo en la nevera ya que se conserva mejor a temperatura ambiente y esta mejor de un día para otro.