Esta ensalada es un claro ejemplo de cómo un plato sencillo se puede convertir en una auténtica delicia si los ingredientes que utilizamos forman parte de la exquisita despensa que nos proporciona nuestra costa mediterránea.
Lo primero que tenemos que hacer es cocer el pulpo, al que habremos tenido congelado durante unos días para que se rompan sus fibras y esté más tierno.
Ponemos a hervir abundante agua con sal. Cuando rompa el hervor, «bautizamos» al pulpo agarrándolo de la cabeza y sumergiéndolo en el agua tres o cuatro veces. Lo soltamos dentro de la olla y dejamos cocer a fuego vivo durante aproximadamente 20-25 minutos.
Para ver que el pulpo está cocido, lo pincharemos con un tenedor y comprobaremos que penetra sin dificultad. Entonces se retira del fuego, dejándolo reposar en el agua 5 minutos.
Lo escurrimos y una vez templado, lo cortamos. Preparamos una vinagreta con una parte de vinagre por tres de aceite y sal. Batimos bien. Picamos el tomate, pimiento y cebolla. Mezclamos todos los ingredientes y lisstar.