Las ostras se suelen comer crudas simplemente con un chorreoncito de limón y regadas con un buen vino blanco. Es así como disfrutamos de su intenso sabor a mar. Pero… ¿has probado alguna vez las ostras gratinadas? ¡Son un verdadero manjar! Te proponemos un relleno de cebolla, reducción de vino blanco, nata y queso rallado. Una combinación gourmet capaz de satisfacer a los paladares más exigentes. No dejes pasar la oportunidad de deleitarte con estas ostras de textura crujiente gracias a su gratinado. ;-)
Comenzamos abriendo las ostras y desechando el líquido que tienen en el interior. A continuación las colocamos en una bandeja de horno en la que habremos puesto papel sulfurizado. Si ves que se mueven mucho puedes poner un puñadito de sal y colocar la ostra encima para darle sujeción.
Pelamos y picamos la chalota y la rehogamos en una sartén con un chorreoncito de aceite. Cuando estén translúcidas, añadiremos el vino blanco y la nata y cocinamos hasta que hayamos reducido el alcohol.
Una vez que la salsa haya espesado y el vino se haya reducido, rellenaremos las ostras con esta mezcla y pondremos queso rallado por encima.
Cocinar en un horno precalentado a 200°C durante 15 minutos.
Gracias! Nos alegra mucho saber que has disfrutado de esta receta :) Una forma alertenativa y diferente de comer las ostras