El uso en repostería de limón y semillas de amapola, o chía en este caso, me llama muchísimo la atención. Ya sea muffins, bizcocho o galletas ahí que van mis ojos. Es como un rayo de sol al amanecer cruzando la pantalla de mi ordenador. Eso es lo que me recuerda, aunque suene muy cursi.
Estas galletas están muy poco dulces, pero es lo que yo quiero. En vez de azúcar uso edulcorante (el de DIA y hago la conversión). Tampoco llevan mantequilla o aceite de coco (que me parece un aceite que está muy de moda, pero muy poco sano para el colesterol) sólo aceite de girasol. En mi opinión están estupendas
Pon todos los ingredientes húmedos en un bol y mezclar.
En otro bol poner los ingredientes secos.
Volcar la mezcla húmeda en la seca y mezclar. No en exceso para que la harina no desarrolle el gluten. Como la mezcla me pareció un poco seca le añadí 1/2 cucharada más de yogur. Si estuviera demasiado pegajosa añade 1 cucharada de harina.
Haz una bola con la masa, envuelve en film de cocina y deja reposar 15 minutos en la nevera. Pasado este tiempo hacer 12 bolitas y ponerlas sobre la bandeja forrada con papel de horno. Yo pesé la bola y dividí el peso total entre 12 para que todas las bolitas pesarán igual.
Meter a horno precaletado a 175ºC durante 10-11 minutos. Yo giro la bandeja a mitad de tiempo para que las galletas que están al fondo del horno pasen a la parte más cercana a la puerta. Así se hornear por igual.
Sacar las galletas del horno. Te puede parecer que están poco hechas pero una vez fuera del horno seguirán cocinándose con su calor interno. Verás que al dejarlas reposar 5 minutos ya tienen otro tacto más durito. Por eso es conveniente que no las sobre hornees.