En primer lugar hay que poner en agua el bacalao durante unas 48 horas, en la nevera, cambiando el agua con frecuencia, unas tres veces al día, para conseguir el punto adecuado de sal. Se pone al fuego en un cazo con el agua fría, y cuando empieza a hervir se aparta, se pone a escurrir el bacalao y se reserva el agua. Entre tanto se cubre el fondo de una cazuela de barro, o de otro tipo si tenemos vitrocerámica, con un poco de aceite de oliva, se pocha la cebolla cortada en trocitos pequeños, y cuando empieza a dorar se añaden los ajos, el pimiento troceado, la cucharada de pimiento choricero y el tomate troceado sin piel, o la salsa de tomate. Se añade al sofrito un poco del agua de haber cocido el bacalao, como dos cazadas . y se deja hervir a fuego suave. Éste agua tiene la gelatina y el sabor del bacalao, y será la que le dé el puntito de sabor al guiso. El agua que nos quede lo podemos congelar y aprovecharlo para otra receta de pescado. Cuando la salsa está trabada, se añaden los trozos de lomo de bacalao, bien escurridos, con la parte de la piel para abajo, y se tienen muy poco rato al fuego, solo lo justo para que tome el sabor del sofrito, moviéndolo con movimientos circulares de la cazuela para que no se deshaga, y listo para servir. Es importante cocer lo justo el bacalao, pues de otra forma se quedaría muy seco y no está igual de rico.
Comentarios de los miembros:
Meencanta esta receta yo ls hago parecida pero esta la hare
Siempre se la ha puesto las almendras de Zumarraga al bacalao
Desde hace años lo hacemos, de forma semejante, en mi entorno familiar y, efectivamente, riquisimo.
Ok